No siempre me atrevo a tocarla, no sea que el beso Deje mis labios carbonizados. Sí, señor, un poco de felicidad, Breve felicidad amarga, uno tiene para un gran pecado; No obstante tú sabes lo dulce que puede ser. — Algernon Charles Swinburne, "Laus Veneris
Pag. 199 de angel mecanico
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